Si estás convencido de que…
- Se crece más y mejor en grupo…
- La espiritualidad e interioridad son dimensiones esenciales que necesitan ser cultivadas…
- La fe es un regalo pero también una tarea que requiere tiempo y dedicación…
- Está chulo hablar con personas de tu edad sobre asuntos que tocan el corazón…
- Lo lúdico y lo religioso pueden ir perfectamente de la mano…
¡¡¡Ain Karin es tu lugar!!!
Tras las huellas de Jesús, con el tinte marianista que nos caracteriza, queremos acompañar a los jóvenes en su maduración integral más allá del horario lectivo.
Acogemos a cada joven, sea cual sea su nivel de vivencia de fe, para integrarnos juntos en un proyecto de grupo que abarca, desde lo más lúdico, hasta lo más profundo.
Recogiendo el testigo de años de trabajo, queremos volver a nacer, para seguir ofreciendo en el Colegio Santa María, Marianistas de Logroño, la posibilidad de compartir experiencias de vida y fe, con los grupos Ain Karin, desde 1º de la ESO, hasta 4º de la ESO, potenciando la continuidad natural en el Bachillerato con el grupo “Vino Nuevo”.
Desde nuestra perspectiva cristiana, y bajo el carisma marianista que nos caracteriza, queremos acompañar a los jóvenes en sus distintos momentos de maduración, enriqueciendo aún más, la labor que realiza el Colegio.
Queremos acoger a todas las personas, sea cual sea su nivel de vivencia de fe, para integrarnos juntos en un proyecto que abarca, desde lo más lúdico, hasta lo más profundo.
Este proyecto es un recorrido vital que está estructurado en varias etapas, para que los chicos y chicas puedan progresar en el camino tanto a nivel personal como de grupo. El recorrido está planteado en tres etapas de dos años de duración cada una:
- 1ª Etapa: 12-13 años
- 2º Etapa: 14-15 años
- 3º Etapa: 16-17 años
No hay que entender esta estructura como algo rígido, sino como un medio para estimular el crecimiento personal y grupal. Cada etapa tiene una identidad propia, marcadas por unas vivencias, unas preguntas y unas llamadas.
Ain Karin es un grupo de fe marianista del proyecto Guinomai